martes, 25 de octubre de 2011

Los Infantes de Lara, cuando la leyenda se mezcla con la realidad.

Calleja de los Arquillos
¿Quién al pasar por la cordobesa calle de Cabezas no ha reparado en la calleja de los Arquillos ni en la placa que adorna la fachada de la casa número 3 de esta calle?¿Quién no se ha preguntado, alguna vez, que sucedió con aquellos pobres Infantes de Lara cuyas cabezas colgaron aquí?
Sin embargo, la mayoría sólo conocemos una referencia, pero no qué pasó realmente. ¿Cuál es la historia de los Infantes de Lara? La respuesta la tendremos cabalgando entre la leyenda y la realidad.

La leyenda de que las cabezas de los siete Infantes de Lara estuvieron colgadas en la calleja de los Arquillos, tiene su origen en un cantar prosificado del siglo XIII, perteneciente a la "Estoria de España" escrita durante el reinado de Sancho IV de Castilla, que fue editada por el historiador Ramón Menéndez Pidal bajo el nombre de "Primera Crónica General". De este relato, Menéndez Pidal encontró indicios de un cantar de gesta que reconstruyó parcialmente y dató en el último tercio del siglo X, y que junto al "Cantar del Mio Cid". y "El Poema de Fernán González", es uno de los más importantes cantares de gesta de la literatura castellana.

El cantar sitúa la historia en tiempos del Conde de Castilla Garci Fernández y narra la desventura de los siete Infantes de Lara o de Salas (Diego, Martín, Suero, Fernán, Ruy, Gustios y Gonzalo González), hijos de Gonzalo Gustioz, señor de Salas y de Doña Sancha de Lara.
Toda la familia se desplaza a Burgos para asistir a la boda de Ruy Velázquez, Señor de Barbadillo y de Lara y hermano de Doña Sancha, con Doña Lambra de Bureba.
Los Infantes de Lara
Entre las fiestas propias de las bodas se desarrolló un torneo en el que se enfrentaron Gonzalo González, el menor de los Infantes, con Alvar Sánchez, primo y favorito de la novia. Gonzalo vence en el torneo y tira al suelo a Alvar que tiene que aguantar las risas y mofas de los asistentes, lo que provoca la ira de Doña Lambra.
Días después, Doña Lambra y Gonzalo se encuentran y éste intenta desagraviarla con elogios que ella rechaza, llena de odio y recelo. Gonzalo continuó el paseo con sus hermanos y Doña Lambra pide a uno de sus criados que cogiera un pepino, lo rellenara de sangre y manchara la cara de Gonzalo.
El criado cumple la orden y Gonzalo ante las risas y burlas de sus hermanos, persigue al criado y lo mata cuando éste se había refugiado bajo el manto de su señora que queda manchado de sangre.
Aquella afrenta enfurece aún más a Doña Lambra que cuenta lo sucedido a su esposo, quien jura vengar la ofensa.

Almanzor
Pasados unos meses, Ruy Velázquez  vio la oportunidad de vengarse, enviando al padre de los Infantes, Gonzalo Gustioz, como embajador ante Almanzor, lugarteniente del Califa Hixen II de Córdoba y gobernante, de hecho, del califato.
En la carta, escrita en árabe, Ruy Velázquez pedía a Almanzor, con quién le unía una fuerte amistad, que ejecutase al portador de la misma. De esta manera conseguiría la venganza ansiada.
Sin embargo, Almanzor se apiadó de aquel hombre que tenía fama de buen guerrero y mandó apresarlo. Gonzalo Gustioz fue traicionado y quedo como prisionero, sin posibilidad de ponerse en contacto con su familia para que lo vengaran.
Al enterarse Ruy Velázquez de que Almanzor no había ejecutado a Gonzalo Gustioz, informó del apresamiento a los Infantes de Lara, culpando de ello a Almanzor, al tiempo que los animó para iniciar una expedición para liberar a su padre.

Salieron los infantes junto con un numeroso ejército al mando de Ruy Velázquez, camino de Córdoba, y llegando al castillo de Albacar, que toman con facilidad, son abandonados por Ruy Velázquez con la escusa de regresar a por más hombres, aunque realmente lo que hizo fue avisar a Almanzor de la situación de los Infantes y de lo escaso de fuerza.
Almanzor envía un ejército, al mando de Galbe que tras una feroz batalla, derrota a los cristianos, decapitando a los siete Infantes de Lara y colocando las cabezas en unas picas para llevarlas hasta Córdoba.
Almanzor presenta las cabezas de los Infantes a su padre
Gonzalo Gustioz, a quien dejaban subir a la torre de su prisión para tomar el aire, oyó un día el tumulto de gritos de victoria y vio que varios cristianos venían prisioneros del ejército de Almanzor, reconociendo las cabezas de sus hijos ensartadas en las picas.
 Fue tan aterrador el grito de Gonzalo Gustioz que toda Córdoba sintió pena por él, hasta el punto que tras presentarle las cabezas de sus hijos, Almanzor lo liberó y le permitió volver a Castilla, llevándose con él las cabezas cortadas.

Romance manuscrito de los Siete Infantes de Lara
Aquí termina la leyenda de los Siete Infantes de Lara, que sin embargo se ve continuada en la prosificación del cantar, por la de Mudarra, hermano de los Infantes de Lara, hijo de Gonzalo Gustioz y una hermana de Almanzor con la que éste había mantenido relaciones durante su presidio.
Según esta leyenda, conocida como la del "Anillo de Mudarra" cuenta que al ser liberado Gonzalo Gustioz, conoce que la hermana de Almanzor espera un hijo de él. Entonces, viendo la posibilidad de fraguar su venganza con este hijo, toma un anillo y lo parte por la mitad, entregándole un trozo a la hermana de Almanzor, para que se lo diera a su hijo cuando éste fuera mayor, para poder reconocerlo.
Cuando se hizo mayor, Mudarra acudió a Castilla a encontrarse con su padre, se retó con Ruy Velázquez y lo mató, ajusticiando posteriormente a Doña Lambra.

Hermosa leyenda que, como han podido demostrar importantes historiadores como Menéndez Pidal o Julio Escalona Monge cabalga entre la el mito y la realidad.
La leyenda de los siete infantes de Lara se sitúa en el último tercio del s.X, en tiempos del conde Garcí Fernández. Tiempo caracterizado por un singular periodo de larga paz entre los cristianos del norte y el califato cordobés.
Gonzalo Gustioz contempla las cabezas de sus hijos
En este contexto, historiadores cordobeses de la época refieren que en agosto del año 974, el conde de Castilla Garcí Fernández había enviado embajada a Córdoba para afirmar la pacífica amistad existente hacía años entre los dos estados. Mientras los embajadores cumplían esta misión, Garcí Fernández atacó la frontera de Deza en Soria gobernada por el general Galib (quizá el Galbe del romance). El califa indignado, mandó expulsar a los embajadores, pero como se resistieron ordenó encarcelarlos
En esta ruptura de tregua podemos situar el cantar, el momento en que caen en batalla los siete infantes de Salas, y son decapitados por los hombres de Galib. Era costumbre de los ejércitos musulmanes exhibir las cabezas de los enemigos vencidos sobre las almenas de los muros de Córdoba.
La naciente Castilla necesitaba de héroes  y los cantares de gesta narraban las hazañas de los guerreros cristianos que pasaban rápidamente de boca en boca. El cantar de los siete infantes estimuló a estos castellanos de frontera y les dio ánimos para seguir luchando.


lunes, 24 de octubre de 2011

Gibraltar, ¿Británico o Español?

Que el Peñón de Gibraltar pertenece a Gran Bretaña es algo sabido por todos, pero lo que quizá no conozcamos son los detalles que rodearon la toma de la roca por las tropas británicas a principios del siglo XVIII.

Vista del Peñón de Gibraltar


El origen de este hecho está en la Guerra de Sucesión al trono de España tras la muerte del rey Carlos II "El Hechizado", último de la dinastía de los Habsburgo (Austrias), el día 1 de noviembre de 1700.

Carlos II el Hechizado
El rey Carlos, antes de morir, nombra heredero a Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV de Francia. Esta decisión se enfrentaba a las intenciones del archiduque Carlos, hijo del Emperador Leopoldo de Austria y futuro heredero del trono Austriaco.
En un principio las monarquías europeas, con la excepción de Austria, aceptaron la designación de Felipe de Anjou, pero el temor de que éste pudiera, mas adelante, heredar el trono francés y unir ambos territorios en una sola corona, empujó a las potencias marítimas europeas, Inglaterra y Holanda a formar en 1701, junto con Austria, la Alianza de la Haya, a la que poco después se unirían Portugal y Saboya, en apoyo de las pretensiones del archiduque Carlos de Austria y declarar, en 1702, la guerra a los Borbones franceses.

Asedio de Gibraltar
La plaza de Gibraltar, como otras muchas, se había mantenido fiel al pretendiente francés, designado por el rey Carlos.
El 1 de agosto de 1704, una flota formada por 45 navíos británicos y 10 holandeses, al mando de Sir George Rooke, pone sitio a la plaza de Gibraltar,desembarcando una fuerza de 10.000 hombres ingleses y holandeses, al mando del príncipe holandés, Jorge de Hesse-Darmstadt.

La fortaleza gibraltareña, que estaba al mando de D. Diego de Salinas, contaba solamente con 80 soldados y algunos voluntarios civiles, hasta un número de unos 400 defensores en total y unos 120 cañones.
La fuerza invasora instó a los defensores a rendirse y a aceptar al archiduque Carlos como légitimo heredero del trono de España, a los que éstos se negaron.
Así en la madrugada del 3 al 4 de agosto se produjo un bombardeo a los principales edificios de la plaza de más de 30.000 disparos realizados por 1.500 cañones, que llevó a la rendición de la guarnición al príncipe de Hesse, quien tomó la plaza en nombre de Carlos III de España.

El Almirante Sir George Rooke
Hasta aquí el relato trata un episodio bélico más, sin embargo esta toma cambiaría el rumbo de la población gibraltareña debido a una decisión repentina del Almirante Rooke, que arrió la bandera del archiduque Carlos y enarboló la bandera británica tomando posesión de la ciudad en nombre de la reina Ana de Inglaterra.

Este acto contravenía absolumentamente lo recogido en el Convenio de Lisboa de 1703 que prohibía a las potencias extranjeras aliadas de la Casa de Austria en la Guerra de Sucesión posesionarse para sí de ningún puerto o territorio español, sino únicamente en nombre del Archiduque Carlos.

Los habitantes de Gibraltar abandonan la ciudad el 6 de agosto y se dirigen hacia la ermita de San Roque, donde fundaría la nueva ciudad de Gibraltar en San Roque.

En 1713, termina la Guerra de Sucesión a la Corona Española, tras la firma del Tratado de Utrecht, en el que España cedía a Inglaterra el control de Gibraltar y Menorca.
Mediante el Artículo X del Tratado de Utrecht, “el Rey de España cede a la Corona de la Gran Bretaña la plena y entera propiedad de la ciudad y castillo de Gibraltar, juntamente con su puerto, defensas y fortalezas que le pertenecen, dando la dicha propiedad absolutamente para que la tenga y goce, con entero derecho y para siempre, sin excepción ni impedimento alguno”. Igualmente, el artículo dispone que “si en algún tiempo a la Corona de la Gran Bretaña le pareciere conveniente dar, vender o enajenar, de cualquier modo la propiedad de la Ciudad de Gibraltar, se ha convenido y concordado por este Tratado que se dará a la Corona de España la primera opción antes que a otros para redimirla”. 

Portada del Tratado de Utrech en español e inglés

El tratado de Utrecht y posteriores tratados firmados en el siglo XVIII reiteran la posesión británica de Gibraltar, y siguen en vigor, lo cual legitima la posesión británica.

Sin embargo los británicos han vulnerado el tratado de Utrecht en varias ocasiones a lo largo de los siglos XIX y XX.
Durante la Guerra de la Independencia Española, contra los franceses, los británicos volaron los fuertes españoles que vigilaban el Peñón, apoderándose del territorio que ocupaban. Más tarde, en el mismo siglo hubo una gran epidemia en la Roca y se pidió permiso al gobierno español para colocar hospitales en su territorio, quedándose con el territorio que ocupaban tras el final de la epidemia. Durante la Guerra Civil Española, los ingleses construyeron un aeropuerto en terrenos ganados al mar, fuera de los concedidos por el Tratado de Utrecht, con el pretexto de servir de campo de aterrizaje de emergencia, que hoy en día se sigue usando y ampliando.

Todavía existe entre la población española quien sigue reivindicando la españolidad de Gibraltar. Sirva como prueba esta curiosa canción de José Luis y su guitarra editada en 1966.
En resumen, el Tratado de Utrecht cede Gibraltar a los británicos, pero la manera en la que estos se adueñaron del Peñón, contraviniendo el Acuerdo de Lisboa, y las contínuas violaciones del Tratado de Utrecht, hace que la polémica siga todavía abierta. Sirva como muestra del debate abierto el contenido de este vídeo que es el primero de una serie de seis que ilustran el tema.

sábado, 22 de octubre de 2011

La leyenda de la Cava o la pérdida de España

El conde Don Julián

Todos hemos estudiado que la invasión musulmana de la Península Ibérica comienza en el año 711 con la derrota del rey visigodo Don Rodrigo en la batalla del río Guadalete, a manos de las huestes de Tarik y Muza, pero no siempre hemos tenido la oportunidad de saber cual fue el origen de este hecho histórico transcendental en la Historia de España.
Cuenta la leyenda que el conde Don Julián, gobernador de Ceuta, tenía una hija, Florinda, llamada "La Cava" por los musulmanes, a la que envió a Toledo (capital del Reino Visigodo) para que fuera educada con la nobleza.

Baño de la Cava en Toledo, donde la leyenda sitúa la violación de Florinda "La Cava"
Un día, mientras La Cava se bañaba en el río Tajo, el rey Don Rodrigo la sorprendió y la violó. Florinda informó de lo ocurrido a su padre, quien juró vengarse.
De hecho, un tiempo después el rey Don Rodrigo solicitó a Don Julián que le enviase algunos halcones para cazar, a lo que el conde respondió: "Yo te enviaré, Señor, unos halcones como nunca habréis visto".

Los halcones a los que se refería el conde Don Julián, no eran otros que las tropas musulmanas comandadas por Tarik, gobernador de Tanger y lugarteniente de Muza, virrey del Norte de África, a quien el conde pide ayuda para su venganza.
Tarik, con un ejército no muy numeroso, atraviesa el estrecho y desembarca en un promontorio al que daría su nombre, "Djebel-Tarik" (Monte de Tarik) que con el tiempo se convertiría en Gibraltar, pasando más tarde a conquistar Algeciras y dirigirse hacia el río Guadalete donde tendría lugar la batalla contra los visigodos.

Peñón de Gibraltar
Hasta aquí la leyenda de pasión y venganza que intenta dar una visión romántica al hecho de la invasión musulmana de la Península Ibérica.
Esta leyenda ha dado lugar a numerosas versiones y romances sobre la "pérdida de España" como los que se disfrutan en este estupendo documento.

Tarik en la batalla de Guadalete

Sin embargo la realidad histórica fue otra muy distinta, aunque llena de asesinatos, odios, conspiraciones y traiciones.
Durante el reinado del rey godo Sisebuto (612-621), se produjo una importante persecución de los judíos, acusados de conspirar con los bereberes y los bizantinos del norte de África.

Roderico (Don Rodrigo)
Esta persecución obligó a muchos judíos a renegar de su fe y bautizarse como cristianos, aunque otros prefirieron refugiarse en el Magreb.
Más tarde, en el año 710 muere Witiza, rey visigodo. Como era costumbre, en un principio, sus hijos intentaron hacerse con el trono, pero siguiendo otra costumbre de los pueblos germánicos, la monarquía electiva, los nobles visigodos nombraron rey al duque de la Bética, Roderico, que pasaría a la Historia como Don Rodrigo.
Este hecho desencadenó una guerra civil entre los partidarios de Don Rodrigo y los de Agila II, hijo de Witiza, que dividió el reino visigodo en dos.
Es esta situación, la que realmente explica el porqué de la invasión musulmana y la rápida conquista del reino visigodo.

Efectivamente, Don Julián partidario de los descendientes de Witiza, entró en contacto con los musulmanes para que éstos acabaran con Don Rodrigo, como, en ocasiones anteriores se hizo con Francos o Bizantinos, con la esperanza de que los musulmanes, tras cobrar su botín de guerra regresaran al norte de África.
De hecho, cuando las tropas de Tarik desembarcan, Don Rodrigo se encontraba en el norte peninsular luchando contra los vascones, y al recibir la noticia se desplazó hacia el sur para frenar el avance.
Una vez en la batalla, Don Rodrigo fue traicionado por los hermanos de Witiza, Oppas y Sisberto, encargados de las alas del ejército visigodo, que abandonaron al contingente principal.

Batalla de Guadalete

Tras la victoria,  los musulmanes, con la ayuda de la población judía, que les fue abriendo las puertas de las ciudades a las que llegaban, tardaran menos de diez años en conquistar un territorio que los romanos tardaron en conquistar más de 200 años y que los propios cristianos, en la Reconquista, tardarían más de 700.
En definitiva, el desgobierno que caracterizó al reino visigodo, el recelo de los judíos perseguidos y los odios y traiciones, tan propios de la época visigoda, fueron la verdadera causa de la invasión y conquista musulmana de la Península Ibérica y de más de 700 años de dominio en este territorio, aunque la leyenda nos guste más.

En esta presentación puedes consultar un resumen de lo a partir de la conquita, sería el Al-Andalus.
View more presentations from mguadalufb

viernes, 21 de octubre de 2011

Piratas y corsarios

Variante de la bandera Pirata
Según el Diccionario de la Real Academia Española de La Lengua, pirata determina a la "persona que, junto con otras de igual condición, se dedica al abordaje de barcos en el mar para robar".
Todos tenemos claro qué son los piratas. La literatura, el cómic y el cine los han recreado repetidamente y los han convertido en personajes familiares desde nuestra infancia, pero ¿tenemos igual de claro quiénes eran los corsarios?
Solemos confundir ambos términos, ya que se nos han presentado siempre en el mar, robando y saqueando, aunque su realidad era bastante distinta.


Patente de corso francesa
Mientras que el pirata era un forajido que robaba para su propio beneficio, el corsario era un navegante que robaba y saqueaba para los reyes, en virtud de un permiso concedido por estos, denominado "patente de corso".
Algunos de estos corsarios llegaron incluso a formar parte de la nobleza, como el famoso Sir Francis Drake, quien enriqueció a la reina Isabel I de Inglaterra con el botín resultante de sus robos a los galeones españoles que regresaban de América cargados de oro y mercancías.
Drake también capitáneo el ataque a la flota española anclada en el puerto de Cádiz y el ataque a la ciudad de La Coruña, además de participar en la batalla que destruyó a la Armada Invencible en el Canal del Mancha.


Además de los términos pirata y corsario, seguramente hemos escuchado como sinónimos, los de bucanero o filibustero que si bien se refieren a piratas, aportan pequeños matices y diferencias. En este enlace podrás encontrar una ilustrativa página que nos muestra la diversidad de tipos de piratas que han surcado los mares.

Otra página de interesante contenido que os recomiendo consultar es la de "El Corso en España" que narra las características de los corsarios españoles.

También puedes conocer los más famosos piratas en esta dirección.

Jeroglíficos: de los egipcios a nuestros días

Escritura jeroglífica

El jerogífico fue un sistema de escritura inventado y usado por los antiguos egipcios desde la época predinástica hasta siglo IV.
El lenguaje jeroglífico, que se realizaba tallado en piedra o madera, utilizaba un sistema de signos que, durante muchos siglos, supuso un verdadero misterio para historiadores y arqueólogos, hasta que en el año 1799, el capitán del ejército francés, Pierre-François Bouchard, descubrió un trozo de una antigua estela egipcia en Rosetta, un pueblo del Delta del Nilo.

Champollion y la Piedra de Rosetta
En la Piedra de Rosetta aparece un texo escrito en tres lenguas: el jeroglífico, el demótico y el griego clásico y fue gracias al estudio del texto en griego, que otro francés, Jean-François Champollion, fuera capaz de descifrar, en 1822, el texto en jeroglífico.
Actualmente la Piedra de Rosetta está expuesta en el Museo Británico de Londres.

Hoy en día, el término jeroglífico se usa para denominar un pasatiempo que consiste en encontar palabras o frases a partir de unos dibujos que están dentro de un recuadro.

Las ases y no = las asesinó
Este tipo de pasatiempo fue inventado por Pedro Ocón de Oro quien creó 125 tipos de pasatiempos más, entre ellos la famosa sopa de letras.

En esta página encontrarás divertidos jeroglíficos, te animo a que intentes resolverlos. 

Y por último, aquí tienes algunas imágenes sobre jeroglíficos: